El que tenga roedores en casa, sabrá que el pelo de éste no es una de las cosas que mejor huelan en este mundo.
A pesar de que muchos están por casa a sus anchas, muchos de ellos viven en las jaulas que les proporcionamos, las mismas donde hacen sus necesidades, comen y juegan.
La gran satisfacción de uno llega cuando debemos limpiar la jaula de nuestros amigos, pero… ¿Realmente está todo limpio? ¿Y el animal?
Aquí os dejamos unos consejos para poder darles un baño sin que salgan por “patitas” y os llevéis un pequeño bocado de amor-odio:
Sabemos que el agua, no es una de las cosas que encante a estos animales, (si es que no estén acostumbrados desde pequeños) así que… mirad que donde lo bañéis, sea un sitio del cuál no tenga por donde salir corriendo si no queréis jugar al pilla-pilla.
El agua debe estar templadita, y el sitio donde lo bañéis, que no esté muy lleno de agua tampoco. Comprobad la temperatura antes.
Prepara una toalla al lado mismo para que puedas usarla de apoyo para secar rápido a tu mascota.
Ahora llega la hora de la verdad. Usa champús para roedores como los que tenemos disponibles en nuestra tienda, y sin meter a tu animalito dentro del agua todavía, échale champú por encima del cuerpo ¡muy importante no tocarle la cara nunca!
Mójalo un poco para hacer espuma, pero siempre con suavidad, y dale un pequeño masaje, limpiando bien sus patas y cada rincón que haga falta. Recuerda que no puede entrarle agua ni en los ojos ni en los oídos ya que podrían coger una infección y sería peor el remedio que la enfermedad…
Sin soltar a tu conejo, cobaya, hurón, etc… introdúcelo poco a poco en el agua para retirar todo el jabón. Hazlo en círculos dentro del agua y si quieres deja que corra un poco de agua templada por encima de su cuerpecito. Repite las veces que haga falta.
Por último, deja a tu mascota encima de la toalla para que ella sola se sacuda y se quite el exceso de agua. Cuidado con artilugios como secadores de pelo, etc… Podrían quemarle la piel. Úsalos con la temperatura más baja y la potencia menor posible, pero si esto le asustara, cerciórate de que antes de meterla en la jaula está seca. ¡Nunca la entres mojada!
Al no estar acostumbrados, deberás prepararte para cosas como arañazos (recomendamos que te pongas unos guantes por si acaso) y cosas como que puedan defecar debido a los nervios… Así es que si los acostumbráis a jugar dentro del agua desde pequeños…. ¡Será toda una diversión!